martes, 5 de abril de 2016

Vortices, diosas y pringados.

Desde hace años que vago en este mundo ectoplasmático, donde el color violeta predomina ante todo. Donde nadie tiene un cuerpo físico y donde sabes que te encuentras con alguien/algo cuando notas una alteración del fluido que parece que rodea tu cuerpo inexistente.
Han pasado ya muchos años y aún no sé como explicarlo. Este mundo parece lleno de entes, pero no sabemos si es un infierno cualquiera o un territorio celestial. Mientras que permanecemos en este mundo no se tiene nada, sólo se sabe que se existe por algún tipo de sensación. Algunos hemos podido comunicar con nuestros antiguos mundos y en mi caso lo hago cada año bisiesto. Este año vuelvo a mi mundo original que abandoné de una forma abrupta e inesperada.
Gracias a mis visitas a vuestro mundo he podido mantenerme, en parte, informado y sobre todo gracias a Internet y esta vez aprovecho este blog para expresarme.
Cualquier día de este año bisiesto esta entrada será publicada donde explicaré como llegué a este submundo.
¿Por qué estoy es este pseudomundo?
Fui absorbido por un vórtice de poder.
Sí, un vórtice de poder que se creó cuando confluyeron varios factores sumamente extraños, que intentaré describir, no prometo nada, ya sabéis la narrativa de este blog es sumamente farragosa.
¿Cuándo empezó todo?
Hace muchos años, en bachillerato, en eso que antes se llamaba 2º de BUP, algunos sabrá de que hablo, otros lo tendrán que buscar en Internet.
En esa época frecuentaba,  los fines de semana, algunos bares de ambiente rockero, heavy y punk. En esa época y puede que en es esta también ocurra lo mismo, estos locales solían estar llenos de gente de género masculino, lo que no daba muchas posibilidades a conocer mujeres. Esta historia es sobre una de esas excepciones.
Por esos sitios solía rondar con mi amigo... que guardaré su nombre en el anonimato, pongamos que se llamaba Kachi, empezamos a ver una chica, alta, guapa y con vestimentas heavy, lo que aumentaba su atractivo de forma considerable, vamos que para nosotros era una diosa.
Ambos la mirábamos disimulábamos y fantaseábamos con conocerla y quizá algo más, como tomar una Mirinda, ¿qué pensabais?
Una venus

Puede que debido a este hecho empezara a resquebrajarse a mi alrededor el tegido interdimensional.
Una noche en uno de estos bares (pongamos que se llamaba KlassMania) apareció la susodicha muchacha con un grupo de amigos que curiosamente uno de los acompañantes era amigo nuestro y compañero de rol, lo que nos hermanaba sobremanera. Le pregunté a este amigo )que también le pondré en el anonimato con el nombre de Armest) si conocía a la chiquilla que tanto nos atraía y se prestó voluntariamente a presentárnosla, mi amigo Kachi, que podría ser aún más tímido declinó la oferta. Yo me hinché como un pollo y acepté la oferta.
Así que Armest me presentó a la chiquilla/diosa, la chica puede que se llamara Olga, pero la memoria selectiva ha hecho que no tenga la certeza de este nombre. Cuando me la presentó, yo me quedé petrificado, ni la di dos besos ni la mano, un simple y lánguido, con una “o” muy alargada y tartamuedeando, “hoo-oo-oo-oo-l-l-la.
La chica, dijo algo así "No tengo sida ¿eh?", algo que para jóvenes adolescentes, es un lenguaje muy apropiado, ahora para viejunos como nosotros era algo impensable. A partir de ahí una nube gris cube mi recuerdo y ni siquiera recuerdo el tacto de su mejilla sobre la mía, por lo que deduzco, que me quedé allí como la estatua de Woody Allen de Oviedo.

(Tened paciencia que ya queda poco, el chiste es muy malo, pero me lo he currado yo)
Este acto, parece que abrió una grieta entres vuestra dimensión y esta en la que actualmente vivo, ya que el tejido y estaba debilidatos, pero esto se vio agravada y rota con el siguiente suceso.
En ese mismo año en noche vieja, asistí a una fiesta de esas que monta un grupo de amigos en un local que se alquila al efecto y se compra “priva” para aburrir, que luego sobra para el resto del año. Esas fiestas, por alguna razón, se apuntaba mucha gente, que eran amigos de amigos de amigos de desconocidos.
Pues bien, he aquí, que estaba yo bajo el efecto de la cuarta o quinta copa, vi a “mi” querida diosa, sentada y aburrida en un rincón. No dudé en mirarla, con mi mirada más sensual, para intentar reconquistarla antes de acercarme a saludarla. Pero algo debió de fallar, porque a los pocos minutos se acercó mi amigo Armest y me dijo.
"Oye, mendigodelrol, que me ha dicho mi amiga Olga que dejes de mirarla de esa forma que le da miedo y que si sigues así se va a ir"
No sé que tiene de malo mi mirada. La veo muy sensual.

En ese momento, sin darme tiempo a reaccionar, la grieta que se había abierto, rompió esta sólida separación y un vórtice apareció justo encima de mi cabeza, un fuerte torbellino apareció y todo el que me rodeaba salió despedido un par de metros y cuando no tenía nada cerca de mí, fui absorbido por el vórtice de forma súbita, cerrándose el portal interdimensional tras de mi, cerrándose la grieta y volviendo el tejido a su estado sólido.
Pude enterarme más adelante, que el suceso se calificó como una reyerta en una fiesta y no se mención nada de la desaparición de mi persona.
Esto le ha podido ocurrir a más gente, pero si la gente se acuerda de ellos y le echan de menos, terminan por volver a vuestra dimensión, de una forma u otra, he aquí, que como nadie me echaba de menos, me quedé en este pseudomundo.
¿Cómo es posible que no me echaran de menos en casa?
Pues como soy el último hijo de una familia super numerosa, mis hermanos se hacían pasar por mí, por turnos, para comer dos veces. En clase, el profesor aliviado que el cazurro de turno, que le rompía el ritmo de clase, desapareciera, por lo que no le dio la mayor importancia. Mis amigos, sí parece que alguno me echó de menos algo, pero pronto se olvidaron, ya que Kachi, protegió a Olga de ser aplastada por Armest en el momento de las proyección del torbellino, ambos se juntaron y siguen como una pareja feliz, olvidándome. Armest, al verme desaparecer pasó por psicólogo, ya que nadie le creía, se pudo olvidar de mí tras su paso por manicomio. El resto de los amigos, estaban contentos porque no volviera a aparecer ese pollo que siempre estropeaba todo.

2 comentarios:

  1. Si la entrada es buena, que me lo ha parecido, la siguiente frase es soberbia: "mis hermanos se hacían pasar por mí, por turnos, para comer dos veces".

    Dejando de lado la desgracia que supone desaparecer para el protagonista, es una historia sorprendente pero creíble. Quiero decir que casi me lo he creído, pero esos nombres tan inverosímiles (Kachi, Klass, Armest) me han hecho entender que se trata todo de una invención.

    Gran entrada. Y no me extiendo más, pues pierdo el tren.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya, voy a despedir a mi editor, porque era idea suya.
      Pero es verdad que está todo basado en hechos reales y cualquier coincidencia con la realidad es verdad.

      Eliminar