domingo, 28 de agosto de 2016

El peor viaje de mi vida [parte 2].

Siguiendo con mi odisea comparativa con la película de "el renacido". Puede que penséis que exageraba, pero yo también sufrí las inclemencias del tiempo y fui atacado por una osa... seguir leyendo, seguir leyendo si os atrevéis. No olvidéis leer antes la primera parte.
Día 2, sábado:
Cuando llegué a casa, vencido y humillado, dormir en el coche, me ocasionó dolor de cuello, de lumbares y mucho cansancio. Estaba con un estado de ánimo, sumamente desagradable y ese olor a gasolina, ese olor a gasolina, ese olor a gasolina que me recordaba la carcajadas del gasolinero de forma repetitiva. Acababa de llegar un mensaje al movil, me puse a leer lo mensajes que habían llegado con más detenimiento, dónde mis amigos me comunicaban que:
21:00 "¿dónde te has metido? Nos imaginamos que has triunfado con la chica"
23:00"Hemos visto a la chica y no ivas con ella ¿dónde estás que hemos conocido una chicas?"
23:15"Está lleno de chicas!"
24:00"Son tres rusas, nos faltas tú."
2:00"Nos vamos con las rusas a su casa, luego t contamos"
2:30"Vaya casa! la rediós!"
2:32"Con jacuzzi"
5:00"Parece q nos vamos a qdar dormir"
11:00"Buenos días, que pasada con las rusas. Iremos después de comer"
Vaya, tuvieron suerte y yo no. No había comida en casa, íbamos a comer fuera. Así que, estaba dolorido, tenía calor, sueño, hambre, mis amigos habían triunfado y yo no, seguía oliendo a gasolina y tenía mucha mala leche. Decidí irme a la piscina, que había una sombrita muy fresquita donde podía tumbarme. Eso me relajaría y me ayudaría a quitarme la mala leche que me quemaba cada vez más, de sólo sentirla.
Me tumbé en mi toallita en la sombrita de un árbol pequeño, así que cuando me diera el sol, me despertaría y me iría a comer. Pero el sol no me despertó, ni el hambre, estaba tan cansado, tuve un sueño sumamente profundo. Me despertó un pinchazo agudo en la espalda, un pinchazo de escozor, fue tal el dolor que grité, me había quedado dormido durante horas y tenía la espalda roja como un guiri el primer día de playa. Era un dolor insoportable, lo que se sumaba al dolor de cuello y el cansancio, todo esto hizo que me embargara un profundo sentimiento de derrota. Mi estómago se quejaba demasiado y tenía que comer algo.
Así que me dirigí como pude al restaurante más cercano, tras echarme aftersun, el restaurante más cercano era un mexicano. Comí con avidez todo lo que pude, a pesar del picor de la comida que suelo aguantar, cuando acabé la boca y el estómago  me ardía casi tanto como la espalda. Esto iba de mal en peor.
Algo así me pasó, pero sin corbata.

Tras otro un remojón en la piscina e intentar ocultar mi olor a gasolina por el de cloro, se aliviaron muchas molestias así que esperé a mis amigos, que iban mensaje tras mensaje aplazando su vuelta a la casa, duchado y listo para salir, mi ánimo mejoró tras la ingesta de unas bebidas espirituosas.
Cuando mis amigos llegaron, me contaron que habían estado con tres rusas toda la noche y parte del día en una gran mansión, habían estado haciendo cosas que no puedo contar, pero que seguro que son dignas de algún guion de película porno, estaban extasiados, como iba afectado por el alcohol, no puse duda a nada, si no, no me lo hubiera creído era una historia increíble.
Cómo era esta su última noche de las rusas en España habíamos quedado y contaban mis amigos conmigo, para que no fuera tres para dos, sino una para cada uno. La noche prometía. Fuimos a pie al garito donde habíamos quedado, yo iba ya muy contento y el paseo me vino bien. Así que esperamos a las rusas bebiendo mucho un poco más, cuando llegaron ni me di cuenta de que rusa es la que me tocó, no me importó y creo que a ella tampoco, también iban bajo los efectos del alcohol.
Fuimos a su casa,  ni recuerdo como llegamos ni como era, pero las fotos dejaron constancia que era muy grande. Empecé a encontrarme mal, con una copa de vodka que nos dieron. Empecé a vomitar, tenía que ir al baño cada poco, pero eso parece que a mi pareja no le importaba, ya que cuando paraba de vomitar seguía comiéndome la boca, sí ya sé que es asqueroso, pero así sucedió. No creo que pasaramos de mucho más y no pude echar mi primer polvo, ya que nos quedamos totalmente dormidos. Yo al menos y por lo que me contaron mis amigos, mi osa rusa también se durmió sobre mí.
Más o menos así
Aún quedaba volver a casa.


jueves, 25 de agosto de 2016

El peor viaje de mi vida, Metepata 6 ó el tanga de Superwoman [parte 1]



Hace unos días estaba viendo la película del renacido. Es una película entretenida que me gustó. Ahora tendría que decir algo digno de un crítico que la pusiera por el suelo, pero me da pereza. Como sinopsis [que no sé lo que significa pero lo usan para resumir la peli], sólo decir que el protagonista sufre muchas penalidades, pero muchas. Esta película sacó de mis recuerdos un viaje, que ya tenía olvidado y que se está haciendo recurrente en mis sueños, en forma de pesadilla y he de contarlo.
En mi juventud, puede que hace muchos más años que lo recomendable para dejarlo por escrito, habíamos preparado un viaje de fin de semana largo, con unos amigos, el J y el llavero, a Gandía, íbamos a petarlo. Habíamos planificado todo y todo pintaba bien, nos dejaban la casa los tíos del llavero, mis padres nos dejaron el coche, todo saldría baratito y nos podríamos gastar el dinero en juerga.
Día 1. Viernes:
Salimos un par de horas tarde, lo que no me importó, estaba dispuesto a que el viaje fuera divertido. Soy muy maniático para eso y sólo me puse un poco nervioso. Nos pusimos en marcha escuchando musiquita. En la salida para evitar atasco, quisimos dar una rodeo, pero nos dio lo mismo, pillamos un atasco de la leche, pero no me importó, aunque el viaje se empezó a torcer, cuando nos dimos cuenta que no compartíamos gustos musicales y lo que ponía uno le aburría al resto, concretamente mi heavy aburría a mis ignorantes amigos, lo que me hizo imponer mi criterio musical, ya que era mi coche y conducía yo. Ya me imaginaba que en la casa del tío del llavero, la música iba a ser diferente. Pero el viaje siguió estropeándose. Unas putas obras cerca del desvío a Gandía, nos hizo perder el desvío que conocíamos. El J que veraneaba mucho en la Oliva, dijo que sabía otro camino desde la Oliva, así que nos acercamos a la Oliva. Esto no me gustaba, los GPSs en esa época, brillaban por su ausencia y no nos paramos a mirar el mapa, uno del grupo sabía un camino alternativo y eso era insuficiente. Pero también hubo problemas desvío, que habían arreglado durante el invierno, no tenía los carteles como el gañan de mi amigo recordaba y nos pasamos otro desvío y para colmo la gasolina empezaba a encenderse, lo que no me ayudaba a guardar la calma, algo típico en mí.
Aguantando la tensión
Paramos a echar gasolina, que era un puto autoservicio de mierda, en esa época no se estilaban aunque ahora todas sean así, como en estos sitios hay que pagar antes, fue a pagar el J, me indicó mi amigo desde la caja que ya podía echar gasolina, pero me puse a servir y ahí no salía nada de nada mierda de invento y fruto del cansancio o de alguna estulticia que me caracteriza, miré la pistola del surtidor, sin dejar de apretar la palanquita, para ver si había algo que obstruía la gasolina, no había nada, fue en ese momento cuando un chorro de gasolina me bañó, hasta que dejé de apretar la manilla (si huera sido una pistola me hubiera volado los sesos).
Tras este incidente, cambiarme de ropa y limpiarme malamente con papeles, como estropajo, arrancamos y encontramos el camino, tras las indicaciones de maldito simpático y risueño gasolinero, que no dejaba de partirse de risa, por fin llegamos a casa y me metí directamente en la ducha. Me duché dos veces o más y aún notaba que olía al dulce olor de gasolina. Nos preparamos para salir de juerga, había que aprovechar, iríamos a una de esas discotecas, que ponen música que me hace quedarme como vaca pasando el tren, ya que me prometieron que allí triunfaría con alguna chavala. Mis amigos siempre intentando levantarme el ánimo.
Al llegar fue como dijeron, en la misma fila ligué con una chica, con acento gaditano, que digo chica, toda una mujer, con todas sus curvas y un vestido cortito y sugerente, aunque debería de tener el olfato atrofiado o le debió de dejar medio incosciente mi asqueroso dulce olor a gasolina. Nos fuimos al coche, con prisas como para apagar un incendio, realmente era así. Cuando abrí el coche y me metí, antes casi de poder sentarme la chica se puso encima de mi con el tanga en la mano, yo ni me había sentado y Superwoman se había metido dentro del coche, se había quitado los tacones, se había quitado el tanga, se había sentado encima mía y me estaba ayudando con mi ropa, debía de ser judoca o algo por el estilo. Esto prometía, echaría mi primer un polvo. Superwoman se quedó mirando un casette de camarón de la isla y me preguntó con una sonrisa "¿te gusta camarón?" en mi cabeza se encendió una luz de alerta, ¿a qué venía dicha pregunta?. Así que haciendo alarde de una velocidad mental y suponiendo que en un sitio así a la gente no le gustaba Camarón, contesté " Es una cinta de mi padre, pero he grabado encima en muchimix lanzarote" (o lo que fuera que estuviera de moda en aquella época). De repente la chica desapareció tan rápido como había aparecido, era increíble lo rápido que puede entrar y salir alguien de un coche y la vi marcharse por el parquin, mientras se ponía los tacones, posiblemente iría a hacer algo y volvería.
Me quedé esperando en el coche, puse la cinta de camarón escuchando la cinta de Camarón, que efectivamente era de Camarón, llegaría y podría aflojar la dureza que había salido por mis bajeras apagar mi pasión. Tras dos vueltas de cinta como no fumaba, no bebía, cuando conduzco no lo hago, no tenía mucho que hacer, así que sin quererlo me quedé frito, con el tanga en la mano, vendría, seguro, tenía su tanga. Volvería, seguro.
Dormidito en el coche.

Día 2 (sábado)
Me desperté con los segundos o terceros rayos de luz, el parking estaba casi vacío, no había casi ningún coche, mi móvil estaba lleno de mensajes de mis amigos diciendome que no les esperara que habían encontrado rollo, los leería más tarde. Salí corriendo del coche con el tanga en la mano hacia la disco y entré, pero sólo estaban dos mujeres limpiando y cuando miré a una, casi desdentada, me dijo, "¿ni lo sueñes enfermo!", debía ser que seguía bajo los efectos del calentón y la pude mirar mendigando algo. Salí cabizbajo sin saber que pudo pasar. Mi primer El polvo tendría que esperar otro día.
P.D.: Años más tarde descubrí que camarón es un dios para casi todos los gaditanos, ¿puede que fuera esa la causa?

jueves, 18 de agosto de 2016

Mete Pata 5 ó como me hice rolero o nacido para ser salvaje.



Yo nací para ser motero, pero no lo soy, en cambio, soy un aficionado al rol, rolero.
Cuando era joven se estudiaba en el instituto ya con 14 años, se estudiaba 1 BUP. Con esa edad ya había desmontado un motor de moto varias veces, sabía lo que era un carburador, un cilindro y hasta una bujía, sabía diferente marcas de tubos de escape de motos y otros componentes. Veía el mundial de motos con asiduidad, desde años atrás, recuerdo haber visto alguna carrera de Ángel Nieto, Emilio Alzamora, Sito y empezábamos a ver a Crivillé. Fijaos mi afición al motor que hice y completé la mítica colección de cromos coches. Había Jugado (incluso comprado con mi paga) a las cartas de coches y motos. Ya con 14 años, estaba preparado para ser motero. Mi hermano mayor, que llamaremos Drulo, para guardar su intimidad, tenía una derbi FDS 50, trucada a 75, moto que me sirvió para aprender esos conocimientos anteriores. Me estaba enseñando a conducir la moto y un día me dejó la moto para ir al instituto.

La siguiente historia narra cómo pasé de motero a rolero, no es una historia apta para menores de edad.
Era viernes y mi hermano, que se había comprado un coche, me había dejado la moto para ir al instituto, como dije anterirormente. Le dije a mi amigo Rainman, que por lo que veo le meto en muchos problemas, si le llevaba a casa de vuelta -la gente iba a flipar-. La salida del viernes del instituto solían ser más multitudinarias, así que nos tomamos nuestro tiempo y preparación para salir, así empezamos a crear expectación y atrajimos más atención. Incluso vi que un grupo de repetidoras que incluso eran de segundo, mientras fumaban su cigarrillo sentadas en un banco, nos miraban con curiosidad, seguro que en breve alguna de ella sería la que montara en la grupa de la moto y puede que montáramos algo más. Ya lo veía, en esa edad la imaginación vuela. Seguro que robaríamos el bolso a alguna vieja para hacernos con otra moto y haríamos una banda motera, con chicas mayores que nosotros (cuando eres joven quieres mujeres mayores, cuando eres mayor, quieres chicas jóvenes) sentadas en la parte de atrás de la moto, agarradas muy fuertemente a nuestro pecho o donde ellas más le gustara, mientras huíamos después de robar un banco.
Así me imaginaba yo que iba a ser mi vida
Así que me puse el casco lentamente y ya torpemente, no sabíamos cómo montar los dos en la moto, ya que mi mochila le molestaba a mi amiguete para montar, esto empezaba mal y me empezaba a poner nervioso y empezaba a perder la confianza que tenía.
Cuando arranqué la moto, noté cientos de ojos fijos en nosotros, los chicos con envidia y las chicas con deseo, éramos el centro de atención. Estábamos en lo más alto, iba todo sobre ruedas, nunca mejor dicho, pero me pasó algo, que ya me había pasado en mis prácticas, no entraba la segunda marcha, lo que me hizo ponerme aún más nervioso, más aún por toda la expectación y por alguna razón metí gas a tope, entró la marcha, no sé si primera o segunda y solté el embrague, todo esto a la vez y claro está, la moto hizo un caballito que salió andando sola, dejándonos a los dos moteros por el suelo y ella rodando con una rueda durante una distancia más que considerable, decidida a hacernos la vida imposible.
Tal que así era la motico
Todo esto hizo que nos cayéramos del guindo, nos levantamos físicamente, no moralmente, como pudimos, comprobámos que estábamos bien, fuimos a por la moto, una distancia más larga de lo apropiado para andar avergonzados y seguir hundiéndonos moralmente, con toda la gente mirándonos, como ya he dicho antes. Los que nos miraba con envidia, ahora nos miraban con regocijo y las que nos miraban con deseo pasaron a mirarnos con repulsión, como siempre.
Como pude, arranqué la moto y mi amigo me dijo que prefería ir andando aunque fuera cojeando, que ya nos veríamos por la tarde. Así que me fui a encerrarme en casa.
Luego por la tarde volví a llamar a mi amigo y me dijo que estaba bien, pero que no iba a salir durante todo el fin de semana, cosa que yo también hice. Tras dos semanas sin asistir al instituto, quizá avergonzados, volvimos a vernos, yo iba a pie sin moto, como siempre. Fue ese día cuando me dijo mi amigo, oye, mi hermano juega a algo que llaman rol, si quieres jugamos este fin de semana. Nunca hablamos de este asunto, como si no hubiera ocurrido.
Así sustituí la moto por el rol. A veces sueño que conduzco una moto.
Y así me vi jugando al Rol
P.D.: Aún no le he dicho a mi hermano que me caí de la moto, así que no se lo contéis, que me zurra.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Historia de caída libre



Salí a correr en mis vacaciones y me recordó una historia, creo que la pongo de relleno, ya que es una historia que le podía haber pasado a cualquiera y que seguro que os ha pasado u os pasará, pero en verano se supone que tengo más tiempo para escribir.
Cuando iba corriendo por la playa, con mis playeras, hacía mucho aire y se me iba llenando la boca de aire, literalmente, lo que me recordó una de la dos veces que hice caída libre, es eso que uno se sube en una avioneta destartalada con un monitor gipi y te tiras de nosecuantos mil pies de altura (en aviación dicen pies, no sé por qué no dicen metros)  enganchado por unos enganches a él y otro pollo te graba, por un poco más de precio. En la caída se te llena la boca de aire que va directo al ojete, se te mueven las orejas como a dumbo y todo eso sale grabado.
Hasta los Simpson han saltado en paracaídas
El día de los acontecimientos , nos acomodamos los cuatro o cinco que nos íbamos a tirar con los monitores y los cámaras en una avioneta cochambrosa. Incluso uno iba donde el copiloto. Cuando ya subimos a la altura absurda a la que hay que subir, nos juntamos con nuestros monitores, que se ataban a nuestra espalda y nos sentábamos como podíamos, yo me senté casi encima de él, en el suelo de la avioneta, al lado de la puerta. Lo que creo que le pudo suponer un gran problema, ya que yo rozaba los 100 kgr. límite para el salto con más peso no te dejaban saltar, así que cuando se movió un poco noté una vibración, que podía ser de una turbulencia, pero el olor que vino después, dejaba claro que fue un pedo lo que noté que salía del monitor, a pesar de tenerle en la espalda. Por suerte se abrió la puerta unos segundos después, saltamos todos sin la menor, demora de forma atropellada, sin seguir las instrucciones que nos dieron los monitores abajo, ni ellos las seguían. Según parece, en la caja negra lo último que dijo el piloto fue, “¡Nunca he visto saltar a la gente tan rápido!, ni en el ataque a Kabul, ¡jajaja! ¡Qué mierda de olor ese!…” , ahí se corta la locución, el avión exploto en el aire en pleno bueno en ese instante..
Hay mucha preparación y seguridad en caida libre

Cuando aterrizamos, o como se diga que hagan los paracaidistas, nos apenó mucho y nos alegró no haber estado en el avión, mi monitor me miraba de forma extraña y se pasaba el dedo por la garganta, como si le picara algo. Al poco llegaron los bomberos, los sanitarios y tras varias horas la policía, que llegó de forma muy ruidosa y exagerada. Nos tiraron bombas de humo y nos esposaron a todos. Nos pincharon algún somnífero y perdí el conocimiento o algo raro y desperté en una habitación, donde estaba un gran amigo mío, “Rainman”.
Aquí voy a hacer un inciso, para presentaros a “Rainman”, le llamo así para mantener su privacidad, aunque la verdad es que conozco dos “Rainman”, de dos grupos totalmente inconexos y por motivos similares. No es porque sean autistas, que a veces lo parecen, si no por su agilidad mental en los cálculo. Este “Rainman”, estudiaba en la universidad matemáticas, pero por amor, dejó los estudios, él dice que es por otra cosa, pero lo que yo digo en este blog, no lo va a rebatir nadie, así que lo que yo diga. Dejó de estudiar por amor y se metió a policía municipal de un pueblo de Toledo, voy a guardar su intimidad y porque lo firmé en algún papel y en memoria de mi yayo, diré que fue en le pueblo de Urda.
Pues bien, cuando le vi. él me miró y me dijo:
– Estáis en un problema.
Le miré y le dije – soy yo, mendigo del rol. ¿De qué estás hablando?
        Alguno de vosotros ha ocasionado que el avión en el que íbais explotara, que pilotaba el piloto del rey, que hacía horas extras para pagar el chalet de su segunda amante.
        Pero no pensarás que soy yo ¿verdad?- le pregunté indignado
        Bueno todos saben que eres un republicano recalcitrante y quien sabe. – su tono era totalmente neutro
        Pero si ayer estuvimos cenando juntos te dije de venir a saltar y no te viniste porque habías quedado con no sé quien. ¿cómo iba a invitarte? Pero espera, que leches hace un policía municipal metido en un lío así? Es una broma ¿verdad?
Entonces me miró y me dijo que trabajaba para los servicios secretos, desde la universidad y que lo de policía municipal era una tapadera para descubrir todas las células terroristas en el centro de la península. Cuando me relajé le conté lo único raro que recordaba, que fue lo del pedo.
Tras un tiempo inexacto, ya que con la ley antiterrorista te pueden tener un tiempo bien largo en la cárcel, por esto o por menos. Me volvieron a narcotizar con algo en la comida y me abandonaron en medio de una plaza del pueblo, con unos cartones, como un mendigo, que propio. Allí me detuvieron los simpáticos policías municipales, estos sí que eran de verdad. Me llevaron a un psicólogo y me diagnosticaron locura transitoria y que había estado de mendigo varios meses por diferentes ciudades y cometido varios delitos, por lo que ya estaba con antecedentes y fichado.
Cuando llegué a casa, mi mujer me dijo que si ya estabas con mis tonterías del rol y que siempre que me juntaba con “Rainman” se liaba alguna y que echara gasolina al coche, que estaba a punto de quedarse sin reserva, que pitaba todos los días. Parece que no se había dado cuenta de mi ausencia, con tanto lío con las niñas.
Al poco quedé con mi “amigo” el cual le extrañó todo lo que me pasó, ya que mi declaración había ayudado en la resolución del asunto y me tenían que haber liberado sin problemas. Me dijo, que mi monitor de salto era el marido de la segunda amante del piloto y que se llenó el estómago de un gas altamente explosivo y que se detonó al cerrarse la puerta del avión.
Lo dicho una historia corriente de veranos, espero no haberos aburrido.
PD: Le dedico esta entrada a mi yayo y a mi amigo Rainman que no le había dedicado ninguna.