Reciénteme, nos ocurrió algo bastante peligroso, digno de reseñar, que
añade un punto a nuestra base de conocimiento y para tener en cuenta en futuras
intervenciones.
Estábamos de inspección en un barrio, que se pretende limpiar,
revisando las rutas de escape, cuando llegamos a un pequeño estadio de
atletismo, en el que se podía ver desde fuera el interior, desde nuestros vehículos
eléctricos se podía apreciar poco actividad, sólo una docena escasa de individuos, alguno aún con ropa
deportiva.
Suele haber elementos peligoroso en las instalaciones cubiertas pero estas eran muy
pequeñas, era despreciable, pero como siempre había que estar alerta con estas
cosas. Así que paramos nuestra columna y tomamos las medidas oportunas de
emergencia, con nuestros controles de acceso y desalojo.
Revisamos el perímetro del estadio y nos satisfizo que no hubiera grietas ni
aberturas en la malla perimetral, podía ser buen sitio como centro de operaciones y
sitio de reposo, mientras duraba el proceos de limpieza.
Luego rompimos el candado de entrada, esto es fundamental para tener una vía
de escape En el fondo norte, la que no tenía instalaciones cubiertas, se
colocó un comando preparado para abrir otra vía de escape de emergencia.
La revisión de la parte cubierta fue rutinaria, se eliminó algún zombi, que estaba
encerrado en los vestuarios, podían haber fallecido tras huir,
pero habiendo sido mordido por los apestosos.
Luego tocaba limpiar las pistas de atletismo, eran una docena sería tarea fácil, así que se dejó a cuatro novatos y un jefe de comando supervisando
las tareas.
No tardó más de cinco en que la radio echara humo pidiendo ayuda desde el interior del estadio. Parece ser que el primero
en limpiarse fue fácil, pero su eliminación ocasionó más ruido del necesario y llamó la
atención del resto de los zombis, que se abalanzaron sobre el comando de
limpieza. Esto no hubiera supuesto ningún problema, ya que la velocidad de estas
criaturas es muy salvable, pero estos apestosos se abalanzaron a una velocidad
inusitada, la radio era un caos, lo que nos
extrañó, uno de los novatos pasó a nuestro lado como una exhalación
seguido de uno de los zombis a la misma velocidad. Se pudo blocar y eliminar a la criatura
en el segundo control. Mientras el resto de la patrulla entramos a ayudar a los
compañeros, era una imagen propia del principio de la plaga, lo que nos hizo
dudar a muchos de nosotros, fue el comandante quien nos sacó de nuestro letargo cuando saltó gritndo ayudando a los novatos. Estos zombis se movían como
corredores profesionales y nos atacan a la misma velocidad, sólo gracias a nuestras
armaduras, pudimos salir indemnes.
Este hecho nos hace añadir a nuestra base de conocimiento, que las zonas deportivas,
militares, bomberos y personal que se presupone que en su fase humana en un estado de forma excelente, que pueden heredarlo en su fase zombi.
Si no se hubiera ayudado a los novatos, la armadura no hubiera durado lo
suficiente, por suerte no se han contabilizado bajas y se ha asegurado el
estadio como punto de operaciones para la limpieza del barrio.
En futuras reuniones ejecutivas, habrá que valorar como proceder para estos
puntos calientes. De momento se procederá con operación defensiva primaria.
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